lunes, 17 de noviembre de 2014

Leandro Maygua, una joya que busca su lugar



El miércoles pasado convirtió tres goles. Dos de ellos fueron unos golazos. Guido Loayza —presidente de Bolívar— asegura que se trata de uno de los mejores rematadores del fútbol nacional. “En cuanto tenga la oportunidad de pegarle en un tiro libre ya van a ver”.

A sus 22 años, Leandro Maygua comienza a mostrar la calidad de jugador que es. Cuando entra a la cancha no lo hace nada mal. Pero frente a Sport Boys se “destapó” por completo.

Dos veces infló la red rematando de zurda, fueron pelotas inatajables. El tercero de su cuenta fue de cabeza. Ahí la Academia ya estaba encaminada a la goleada que se cerró con un 5-1. Él fue la figura del partido.

Su vida como jugador empezó en Tupiza, la tierra de su padre Milton Maygua, quien también fue futbolista y hoy es director técnico. Ahí dio sus primeros pasos en la escuela que lleva el nombre del recordado Maestro del balompié nacional Víctor Agustín Ugarte. Apenas tenía cuatro años.

Saltó a la escuela del Club Unión Central, de Tarija, donde estuvo durante gran parte de su adolescencia. En 2011 comenzó la parte más seria. Fue Óscar Villegas —quien dirige la preprofesional de Bolívar— quien lo vio jugar y de inmediato hizo las gestiones para incorporarlo al club. Así que se vino a La Paz y empezó a trabajar duro.

“Le tengo un agradecimiento muy grande al profesor Villegas, él me ha inculcado muchas cosas mientras estuve bajo su mando”.

Leandro Maygua cree que el fútbol es parte de su vida. “Lo llevo desde pequeño, participaba en torneos barriales de La Pampa y luego en el Barrio Central, en certámenes de la escuela. Viví mucho tiempo en Tarija”, por cuestiones de trabajo de su padre.

Debutó con Bolívar en la Liga en 2012, fue el español Miguel Ángel Portugal quien lo puso. Ya en el primer plantel, vino la etapa de tener mucha paciencia “y sobre todo tranquilidad”, porque él solo quería jugar, pero no siempre era tomado en cuenta. Hoy mismo no tiene garantizado un lugar en el equipo que dirige Xabier Azkargorta.

“Uno siempre debe ser consciente de que tiene que estar listo para cuando lo requieran”.

Así se están dando las cosas, incluso ya llegó a la selección nacional con la que debutó en 2013, precisamente al mando de Azkargorta en un partido de eliminatorias ante Paraguay.

“Estas cosas a uno le cambian la vida. Lo que más quiero es jugar más y adquirir mayor experiencia. Después, seguramente pensaré en marcharme al exterior. Es el sueño de todo jugador”.

Nació en La Paz y se formó en Tarija

Leandro Marcelo Maygua Ríos nació en La Paz el 12 de septiembre de 1992, pero como su padre Milton Maygua era jugador profesional, vivió más tiempo en Tarija, donde a la vez que estudió para el bachillerato en el Colegio San Bernardo, logró la formación como jugador.

En La Paz inició los estudios en la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Tecnológica Boliviana (UTB), aunque para dedicarle más tiempo al fútbol ha hecho un alto “por el momento, consciente de que debo acabar y ser profesional, pues es una promesa que le hice a mi familia”.

Aparte de su padre, en especial su abuelo Bautista y su tíos Marcelo, Willy, Luis Alberto y Gustavo le incentivaron para que se dedicara al fútbol y ellos mismos le orientaron desde cómo pegarle a la pelota. Eso sí, su mamá Jhovanca nunca permitió que descuidara sus estudios, por lo menos hasta que saliera bachiller.

“El fútbol es un constante sacrificio, porque uno deja a la familia, a los amigos, a veces tienes que ir a vivir muy lejos de tus seres queridos, hay que viajar mucho. Aquí (en Bolívar) felizmente compartimos con amigos del equipo como Miguel Suárez, Erwin Saavedra, Jaime Arrascaita, Luis Alí, Francisco Rodríguez. Ahora vivo solo, al principio me costó bastante dejar la casa, olvidar algunas costumbres, pero a medida que pasan los años uno se acostumbra”.

‘Ser jugador de fútbol no es fácil, tiene un alto precio’

La noche en la que le hizo tres goles a Sport Boys quedará grabada “para siempre” en el recuerdo de Leandro Maygua, porque fue la primera vez que hizo una trica en un mismo partido. Así que —ley del fútbol—, agarró la pelota como trofeo y se la llevó a casa. “La pondré en un lugar muy especial”.

Es consciente de que éste es el comienzo y no tiene que “marearse”. Sino, seguir trabajando y no aflojar en ningún momento”.

“Un jugador debe privarse de muchas cosas, de hecho debe reducir su vida social, cuidar su alimentación, tener más horas de descanso. No es fácil. El ser jugador tiene un alto precio y costo, porque debes dejar de lado varias costumbres, pero todo tiene un riesgo y un precio, y el de los futbolistas es el de ser disciplinado y cuidarse en todos los aspectos”.

También sostiene que en Bolivia “el gran problema es que no se le da mucha oportunidad al jugador que está surgiendo. Por ejemplo, en Tarija tenía varios compañeros con talento, pero como no les daban oportunidad se fueron dedicando a otras cosas. Dirigentes y entrenadores en el país tienen que ver eso.

Hay que orientar y capacitar a los formadores; sé que es complicado, pero si no se lo hace, creo que se seguirán perdiendo muchos valores que podrían ser un gran aporte para nuestro futbol”.


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