viernes, 20 de noviembre de 2015

La falta de apoyo no permite formar más



Dos jugadores ligueros de trayectoria como Augusto Andaveris y Jenrry Alaca, nacidos en Yungas, observan que el fútbol boliviano podría nutrirse de una mayor cantidad de jugadores de esa región, pero la falta de apoyo efectivo de los clubes y de un plan de trabajo no ayudan para alcanzar ese objetivo. Augusto Andaveris, quien debutó a nivel profesional con Municipal en 1996, sostiene que pasaron años y la situación no ha cambiado, ni en los Yungas ni en La Paz, y nadie hace nada para que surjan otros talentos.

“Sí, desde hace algunos años aumentó la presencia yungueña en la Liga, pero lo mucho que yo lamento es que las historias se repiten. Es decir, yo me abrí paso sobre la base del esfuerzo de mi familia, porque de lo contrario no sales del pueblo, quién te va a mantener en la ciudad, y hoy sigue lo mismo. Antes los dirigentes al menos iban a los Yungas, veían los Interyungueños y buscaban, ahora ya no pasa eso y es muy triste”, afirma Andaveris, quien jugó en nueve clubes de la Liga y en dos del exterior, en Albania y Azerbayán.

El atacante dice que vio muchos casos de amigos y jóvenes yungueños con buena perspectiva de ser jugadores, pero como les faltó apoyo para mantenerse y formarse, y como nadie les ayudaba, se perdieron y apostaron por el estudio o un trabajo, y dejaron el fútbol de lado. “En lo personal me pone contento cada vez que veo a un nuevo jugador yungueño, pero todo es por su mérito familiar, por el que él pone, mientras los dirigentes miran afuera o a otras regiones” del país.

Similar observación formula Jenrry Alaca, actualmente en Blooming, ya con 10 años en el ámbito liguero. “Lo complicado es salir de allá, porque si no tienes familia en La Paz es muy duro. A veces tienes lo justo para dos o tres meses y luego con qué vas a vivir. La mayoría salimos por el gran esfuerzo que hacen nuestros padres”, explica.

El fuerte de los jugadores yungueños es que se forjan en el fútbol de la calle, casi nadie tiene escuela, pero eso no basta. Si es guiado y formado en clubes o academias habría grandes jugadores. “Uno busca oportunidades, pero los clubes también deben ayudar, como en Argentina, Brasil, países que forman y crían jugadores”. Alaca elogia y agradece el apoyo de Iván Castillo, quien con la escuela Ramiro Castillo lo trajo a La Paz y lo formó.

‘Chocolatín’, el gran referente

El mejor de La Paz

Los jugadores de la región de los Yungas no dudan en afirmar que Ramiro Castillo no solo fue el mejor jugador de esa región, sino el mejor futbolista que dio La Paz en toda su historia, y uno de los mejores de Bolivia. “Ha sido el mejor jugador que dio La Paz sin duda alguna”, sentencia Augusto Andaveris.

Garrincha yungueño

En el libro Soy afroboliviano, de Martín Ballivián y Mijhail Calle, se destaca a Celedonio Flores, apodado el Garrincha yungueño, un chicalomeño que jugó en Atlético La Paz en la época de los años 60 y deslumbró por su potencia efectiva.

Flores

Tito de la Viña también recuerda a otro destacado jugador como Natalio Flores, un atlético y veloz atacante de The Strongest, quien se asemejaba a un velocista africano y que si hubiera sido mejor trabajado, habría llegado a competir más lejos.

Interyungueños

Algunos de los jugadores ligueros de la región recuerdan que los campeonatos Interyungueños eran la verdadera cantera en la región, pero que de un tiempo a esta parte se vino a menos. “Antes se jugaban los partidos en los pueblos y también en La Paz, ahora ya no escuché eso”, dice Jenrry Alaca.

Sobrino

El mediocampista de Bolívar Jaime Arrascaita, de raíces yungueñas, es sobrino del atacante de San José, el chicalomeño Augusto Andaveris, quien lo vio desde niño con el afán futbolero. “Por parte de mi madre y la de él somos parientes. Es un buen jugador que seguro si se propone va llegar lejos”, dice Andaveris.

No hay comentarios:

Publicar un comentario